Un día comencé queriendo cambiar al mundo y comencé por intentarlo. Al cabo de un tiempo me di cuenta que me era imposible, por lo que pensé mejor en cambiar a mi nación.
Después de intentarlo me di cuenta que no pude, por lo que decidí cambiar a mi comunidad. Después de un tiempo de intentarlo no pude, por lo que decidí cambiar a mi familia.
Pero al cabo de un tiempo me di cuenta que no pude y ahora en mi lecho de muerte he llegado a la conclusión de que debí de haber cambiado yo primero, ya que de esa manera y con mi ejemplo mi familia cambiaría, a su vez mi familia con su ejemplo cambiaría a mi comunidad, la cual cambiaría a mi nación, la cual lograría cambiar por fin al mundo.
1 Timoteo 4:12: Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.
Efesios 5:1: Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Tito 2:7: Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; haciendo ver integridad, gravedad.
1 Pedro 2:21: Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.
Fuente: Reflexiones bíblicas.
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