Aunque
nuestro Señor Jesucristo hizo la voluntad de su Padre, él tuvo que hacer frente
al rechazo, la burla, la oposición y aún la traición, pero vemos que siempre
perseveró y por eso alcanzó la salvación para la humanidad… Al
considerar el ministerio de Pablo el apóstol también podemos ver cómo fue
perseguido, enfrentó la persecución, muchas calumnias en su contra, peligros, la
enfermedad, diversas decepciones, fue muchas veces incomprendido, tuvo que
engentar ataques espirituales y aún físicos; pero al final el apóstol dijo:
“He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, y me está
guardada la corona de justicia”, aunque el diablo a través de diversos medios y
personas hasta el fin lo acechó, él se fortaleció en el Señor y logró vencer,
pues Dios es más grande que cualquier poder de las tinieblas y que toda
estrategia del enemigo. Entonces renueva tus fuerzas en Cristo y avanza.
“Mientras
Pedro y Juan hablaban al pueblo, se les echaron encima los sacerdotes, el
capitán de la guardia del templo, y los Saduceos, resentidos porque enseñaban
al pueblo, y anunciaban en Jesús la resurrección de entre los muertos. Les
echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era
tarde”, Hechos 4:1-3.
No podemos
ignorar que los espíritus demoniacos intentan estorbar y dañar los planes
divinos para nuestra vida. Precisamente una estrategia que el diablo usa es el
resentimiento o rencor. Veamos entonces el término resentimiento, el cual viene
del griego bíblico y nos indica desagrado, indignación, estar dolorosamente
angustiado.
El pasaje
de hoy nos dice que los sacerdotes judíos (que en su mayoría eran fariseos) y
los saduceos (aunque estos diferían en doctrina se pusieron de acuerdo para actuar
mal, ellos estaban “resentidos” e impulsados por ese enojo hicieron llevar a la
cárcel a los apóstoles del Señor.
Así pues
debemos cuidarnos del resentimiento y del enojo, pues ellos ciegan el buen
juicio del hijo de Dios. Aunque ellos eran sacerdotes no pudieron ver que la
obra era de Dios. Ellos dirigían la vida espiritual de los judíos, pero llenos
de resentimiento más bien estaban en contra del Señor.
Esto nos
recuerda que no importa todo el conocimiento de la Biblia que podamos tener,
más bien debemos rechazar el resentimiento o éste nos hará cometer graves
equivocaciones.
Debemos
tener presente que la falta de perdón introduce el corazón en una cárcel de
maldad y dolor. Por eso es vital cuando así se requiera ejercer el perdón de
corazón (por eso nos dice la Biblia: “perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó en Cristo”).
Es muy
interesante observar que cuando el resentimiento es vencido por el amor y por
tanto por el perdón, los resultados son maravillosos ya que la gloria de Dios
fluye sin obstáculo y como resultado muchas bendiciones de Dios aparecen. Pero,
ante todo esto agrada a Dios.
Fuente:
Reflexiones Cristianas.
Por: Miguel Matos
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