19 de agosto de 2020

Evita el resentimiento

Aunque nuestro Señor Jesucristo hizo la voluntad de su Padre, él tuvo que hacer frente al rechazo, la burla, la oposición y aún la traición, pero vemos que siempre perseveró y por eso alcanzó la salvación para la humanidad… Al considerar el ministerio de Pablo el apóstol también podemos ver cómo fue perseguido, enfrentó la persecución, muchas calumnias en su contra, peligros, la enfermedad, diversas decepciones, fue muchas veces incomprendido, tuvo que engentar ataques espirituales y aún físicos; pero al final el apóstol dijo:

 “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, y me está guardada la corona de justicia”, aunque el diablo a través de diversos medios y personas hasta el fin lo acechó, él se fortaleció en el Señor y logró vencer, pues Dios es más grande que cualquier poder de las tinieblas y que toda estrategia del enemigo. Entonces renueva tus fuerzas en Cristo y avanza. 

“Mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se les echaron encima los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo, y los Saduceos, resentidos porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en Jesús la resurrección de entre los muertos. Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde”, Hechos 4:1-3.

 No podemos ignorar que los espíritus demoniacos intentan estorbar y dañar los planes divinos para nuestra vida. Precisamente una estrategia que el diablo usa es el resentimiento o rencor. Veamos entonces el término resentimiento, el cual viene del griego bíblico y nos indica desagrado, indignación, estar dolorosamente angustiado.

 El pasaje de hoy nos dice que los sacerdotes judíos (que en su mayoría eran fariseos) y los saduceos (aunque estos diferían en doctrina se pusieron de acuerdo para actuar mal, ellos estaban “resentidos” e impulsados por ese enojo hicieron llevar a la cárcel a los apóstoles del Señor.

 Así pues debemos cuidarnos del resentimiento y del enojo, pues ellos ciegan el buen juicio del hijo de Dios. Aunque ellos eran sacerdotes no pudieron ver que la obra era de Dios. Ellos dirigían la vida espiritual de los judíos, pero llenos de resentimiento más bien estaban en contra del Señor.

 Esto nos recuerda que no importa todo el conocimiento de la Biblia que podamos tener, más bien debemos rechazar el resentimiento o éste nos hará cometer graves equivocaciones.

 Debemos tener presente que la falta de perdón introduce el corazón en una cárcel de maldad y dolor. Por eso es vital cuando así se requiera ejercer el perdón de corazón (por eso nos dice la Biblia: “perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo”).

Es muy interesante observar que cuando el resentimiento es vencido por el amor y por tanto por el perdón, los resultados son maravillosos ya que la gloria de Dios fluye sin obstáculo y como resultado muchas bendiciones de Dios aparecen. Pero, ante todo esto agrada a Dios.

Fuente: Reflexiones Cristianas.

Por: Miguel Matos 


17 de agosto de 2020

Creyente con Fundamento. 3ra. Parte

                                                    
                                                        Pastor: Ernesto Cuevas Bautista,     

                                                      Iglesia Buenas Nuevas Bellas Colinas

Creyente con Fundamento. 2da. Parte

 


                                                           Pastor: Ernesto Cuevas Bautista,     

                                                      Iglesia Buenas Nuevas Bellas Colinas

Creyente con Fundamento. 1ra. Parte

                                             

                                            Pastor: Ernesto Cuevas Bautista,     

                                          Iglesia Buenas Nuevas Bellas Colinas

12 de marzo de 2020

Humildad, la fortaleza de los justos


Resultado de imagen para fuerza foto gratisSatanás teme a la virtud de la humildad. Le aterroriza la humildad y la aborrece. Ve a una persona humilde y siente escalofríos por la espalda. Se le paran los pelos cuando los cristianos se arrodillan, porque la humildad es rendir el alma a Dios. Satanas tiembla ante el manso, pues en la misma área donde una vez acceso ahora se levanta el Señor y él se aterra de Jesucristo.
La condena para el demonio en el jardín del Edén fue, "Comerás polvo". Y al hombre anteriormente se le dijo: "Eres polvo". Gn. 3:14, 19. La esencia de nuestra naturaleza carnal es el polvo. Satanás come polvo, o sea codicia nuestra naturaleza carnal. Por tanto, reconozcamos que la fuente de muchos de nuestros problemas y opresiones no son demoniacas sino carnal de naturaleza.
 Nuestra naturaleza carnal siempre será el blanco del diablo. Estas áreas carnales ministran a Satanás una avenida de acceso lista para minar nuestras oraciones y neutraliza nuestro caminar con Dios.
Dejemos  nuestra  auto justificación para vencernos con honradez a nosotros mismos. Seamos específicos cuando sometamos nuestro ego a Dios. No racionalicemos nuestros pecados, ni nuestras faltas, seamos honestos ante Dios. Muchas de nuestras batallas simplemente son consecuencias de nuestras propias acciones. Superemos lo que es de nuestra carnalidad y lo que es del diablo. Algunas de nuestras amenazas son el reflejo de nuestro yo. Preguntémonos, ¿Las cosas que nos oprimen ahora no serán lo que sembramos ayer?
En Mateo 5:24,25, "Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.". El Señor habla respecto a un adversario especial, y de un juez particular. En el pasaje citado el adversario es el demonio y el Juez es el Señor Jesucristo. Cuando acercamos a Dios con nuestra propia justicia, el adversario siempre tendrá un acceso legal para echarnos a la cárcel, porque nuestra justicia, son como trapos de inmundicia, Is.64:6 "Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento."
Debemos ponernos de acuerdo por nuestra falta de justicia, a veces el diablo tiene razón, usando trozos de verdad. Cristo es nuestra justicia, "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo".Rom.5:1. Entre más reconozcamos que Jesús es nuestra Justicia, el demonio no podrá tocarnos, ni atacarnos, mucho menos en la arena de nuestras faltas. Sometámonos a Dios y pidámosle el amor y el perdón de Cristo, para poder suplir nuestro débil e imperfecto amor.
Usemos la acusación como recordatorio que no estamos ante el trono del juicio, sino ante el trono de la gracia. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. " Hb.4:16.La llave para vencer al diablo es nuestra humildad, negamos a defender nuestra imagen. Nuestra pasada naturaleza corrupta, que ahora fue cambiada y tenemos una nueva en Cristo. "y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad." Ef. 4:24. La humildad es una nueva espiritualidad al rededor de nuestra alma que impide la maldad y perder nuestra paz. Entonces humildad es rendir el corazón a Dios y Jesucristo.
Dios te bendiga amigo lector@.

Autor: Miguel Matos

10 de marzo de 2020

CONFESAR A JESUS DELANTE DE LOS HOMBRES

RVR Versículo Bíblico Diario: Romanos 10:9-10No nos conformemos solo de ser creyente de Jesucristo, sino que es nuestro deber confesarlo, por gracia, delante de los hombres, para que  en ellos se produzca el cambio igual que a nosotros, es decir,  la salvación de su alma por poner su fe y confianza en él.

El verdadero creyente es el que ha nacido de nuevo espiritualmente y en su vida se ha producido un cambio tan maravilloso, cuando tiene  y da buen testimonio,  llamando  la atención a todos nuestros amigos y familiares, algo que el hombre natural no puede explicar.

Pero los creyentes no deben ser egoístas, porque es su deber “dar por gracia lo que por gracia hemos recibido”, Mateo 10:8, que es la salvación de nuestra alma. El apóstol pablo dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”, Efesios 2:8-9.  

Al respecto, Jesús manifestó: “Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesara delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado también delante de los ángeles de Dios”, Juan 12:8-9.

En estos tiempos confesar a Jesucristo, es decir predicar el evangelio de salvación, no es difícil, porque se puede hacer personalmente a nuestros amigos, compañeros de estudios y de trabajo, así como a nuestros familiares cercanos y lejanos, mediante la entrega de tratados y conversando con ellos, sobre la necesidad de conocer a Jesús para la salvación de su alma.

Hoy más que nunca hay los que disponen y  tienen a su alcance los medios de comunicación como la radio, la televisión, los periódicos, la revista, los tratados  y el Internet, lo que sebe aprovechar para confesar las virtudes, la gracia y el poder de salvación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Les damos gracias a nuestro Dios y Padres del Señor Jesucristo, porque en nuestro país  hoy  se disfruta de la libertad de expresión y de cultos, por lo que se nos facilita usar los medios de comunicación señalados.
Conozco a personas que han conocido a Cristo y le han entregado sus vidas por un mensaje cristiano que han escuchado a través de la televisión y ahora lo están confesando  delante de los hombres, tras ser tocados por el Espíritu Santo.

Ahora bien, los que son miembros de iglesias cristianas evangélicas, deben hablarles  a sus amigos, vecinos y familiares,  para que oigan el evangelio de salvación y vida externa, y así sus congregaciones, no solo crecerán en número, sino que serán bendecidas por el mismo Dios.

No abriguemos  en nuestras vidas ningún temor para confesar a todo el mundo  la salvación que solo Cristo, el Hijo de Dios, nos puede dar. Porque el apóstol Pablo dice: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáramos, el también nos negara. Si fuéramos infieles, el permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo”, 2 Timoteo, 2:11-13.

Fuente: La Biblia y M.A.M.
  Autor: Miguel Matos

CUANDO EL ARROYO SE SECA ES TIEMPO DE LEVANTARSE

    PASTOR: HECTOR ENCARNACION