El cristiano se ordena donde el mismo quiere ir, según mi esfuerzo, determino el lugar donde quiero que esté mi morada. En este país Dios va a hacer grandes cosas. Mi Fe debe meterse en la visión del ministerio pastoral y profético. Un soñador de Dios dice, mis sueños se cumplen hoy.
No podemos hablar de los que a nosotros mismos nos parece. Solo lo que es de Dios debe ser anunciado. La soberbia es la madre de todos los orgullos. Orgullo no es uno solo, sino que existe una gran variedad de géneros. La soberbia y el orgullo, te sacan fuera. A Satanás su soberbia y orgullo lo desterró fuera de la gloria. El hombre agradecido no es solamente de palabras. Tiene que tener acción y demostración.
La verdadera revelación alimenta a los santos, pero depende del hambre de cada cual, y así dependerá su crecimiento. Una salvación que no avanza en la santificación no prosperará. Los errores de no atender a nuestra salvación con temor y temblor se pagan quedándose fuera del Reino de los cielos. Experimentan la palabra es paladear la miel de su conocimiento.
Los de la nueva Jerusalén, son ahora almas apegadas a Él, son inseparables. Los que no aceptan la palabra no son atraídos a Él para ser probados. ¿Cómo podemos identificar a alguien que tiene la plenitud? Por medio de los frutos. Estos frutos desprenden fragancias, perfumes de santidad.
El fruto de los frutos es el Amor de Dios. Para ir lejos hay que confesar arrepentimiento y fluir bajo el perdón de Dios. La obediencia te lleva a la salvación. Sino mora la palabra en mi corazón, no avanzo en el reino y soy tropiezo para los demás. Solo los apasionados tienen acceso a la nueva Jerusalén. Apasionado equivale a dejar todo por Él. Los billetes para el paraíso, son muy económicos. Para la nueva Jerusalén son muy caros. Está claro, que hay que amar a Dios por encima de todas las cosas.
Abraham fue probado al extremo, y el escuchaba perfectamente la voz de Dios. La Fe sin actitud no sirve, la buena actitud ante todo es obediente.
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